Hablamos sobre las ciudades del futuro, conectadas, eficientes y con un vínculo más cercano con la naturaleza, privilegiando la cercanía y los vínculos.

La ciudad: nuestra manera de habitar este planeta
Las ciudades son la manera en la que habitamos en comunidad y una estrategia fundamental para nuestra supervivencia. Una ciudad son sus habitantes, su infraestructura, su cultura y la manera en la que se administran los recursos naturales, la energía y cómo se trabajó la tierra.

Un estudio encargado por FV (*) para conocer lo que los argentinos piensan sobre la ciudad del futuro reflejó que estamos preocupados por la sustentabilidad de las urbes y dispuestos a hacer los cambios que necesitamos hacer para lograrla: una mayor presencia de espacios verdes, mejor gestión de residuos y un transporte más responsable.

“La ciudad del futuro con sus grandes urbes se reformula”, explica el arquitecto Emiliano Espadandin, especialista en Innovación Urbana. “Va a aparecer más lo local, la autenticidad y cosas que solo puedas encontrar en Buenos Aires o en Londres. Hablaremos de una ciudad con identidad”.
La urbanización dejará de estar en el núcleo del dilema medioambiental de las ciudades porque tal dilema se habrá disuelto: las ciudades estarán orgánicamente integradas a su medio.

Sin dudas, imaginar cómo será todo no es algo sencillo. Alejandro Repetto, especialista en diseño de futuros, sostiene que “los humanos diseñamos el futuro, pero este tiene que ser posible y coherente”. Por eso, no se trata de, simplemente, aventurar escenarios.

* Los argentinos y la casa del futuro” fue un estudio cuantitativo online mediante panel de OfferWise. Se realizó entre el 10/11/20 y el 13/11/20 y está basado en una muestra de 310 casos de residentes en centros urbanos de Argentina de 18 a 65 años.

 

Sin límites para lo urbano
Si bien desde sus orígenes las ciudades han experimentado transformaciones en diverso grado, de forma indiscriminada y no planificada, se impone un esfuerzo para organizar su crecimiento sin abandonar ni el carácter distintivo de cada sitio ni interferir con la naturaleza a su alrededor.

La ciudad del futuro con sus grandes urbes se reformula.

Emiliano EspasandinArquitecto

Las ciudades del futuro incluirán:

  • Espacios urbanos policéntricos, vinculados a buenos sistemas de transporte público
  • Edificaciones que aprovechen las energías renovables y tengan en cuenta los ciclos del año y la naturaleza
  • Formas y desarrollo en diálogo con la nueva tecnología que se incorpora a las rutinas y rituales domésticos
  • Trazados que faciliten nuevas y mejores prácticas de comunicación, interacción y organización entre sus habitantes
  • Desarrollos que posibiliten la accesibilidad y que alienten comportamientos sustentables

De la ciudad inteligente a la ciudad sabia
Las ciudades del futuro no serán inteligentes, sino sabias. Polifacéticas y pensadas para todas las personas.

En las ciudades sabias las personas estarán en el centro de la planificación y sus deseos e intereses deberán regir la manera en la que se organiza el tejido urbano, sus espacios y posibilidades, pero no respondiendo a caprichos o necesidades frívolas, sino dando cuenta de lo mejor para ellas en un sentido profundo y real.

Una ciudad polifacética y pensada para todas las personas

Dentro de 100 años se repensará la noción de “rural” como oposición a la urbe: estarán en un diálogo tan profundo con sus entornos que ya no habrá dicotomías.
Entenderán que su ubicación y los elementos que la rodean definirán, en parte, su identidad y capacidad de supervivencia.
Deberán tener una densidad sostenible desterrando la antigua creencia de que una alta densidad permitía una eficiencia de recursos mayor porque las poblaciones estaban concentradas en un mismo espacio.

No existirá el concepto de centros urbanos alejados de otros, sino que estarán en comunicación constante. Se abandonan términos como “centro” y “periferia”, creando numerosos núcleos con todo lo necesario para la vida cotidiana sin necesidad de moverse a grandes distancias.

No todos los lugares urbanos tienen que ser espacios comerciales: sí deberán tener espacios sociales y de libre circulación. Los medios de transporte indicarán cuánto espacio le dedicaremos a calles, avenidas y carreteras, pero con un balance correcto en la distribución. Las ciudades respirarán gracias a grandes corredores peatonales y para vehículos como bicicletas, al aire libre pero protegidos de la inclemencia del clima.

 

Movernos en las ciudades del futuro
Podemos soñar que en cien años nos seguiremos moviendo en vehículos solitarios o compartidos pero que no se dañe el ambiente como sucede hoy con automóviles, motocicletas, buses y aviones.

El carácter de los espacios públicos será crucial en el próximo siglo, se tendrá una visión colectiva. Se entiende que el tráfico peatonal habilita el encuentro, mejora la salud y permite un disfrute real del lugar.

Se privilegiarán los medios no contaminantes: bicicletas, monopatines, patines o la manera que se imponga en el futuro.

Luego será el turno de pensar en los transportes públicos compartidos para, eventualmente, avanzar sobre vehículos de uso personal. ¿Serán los automóviles cosas del pasado dentro de cien años? Es difícil saberlo hoy: su supervivencia está atada a la capacidad que demuestre para adaptarse a las nuevas y desafiantes realidades de la gestión del transporte pero está lejos de darse por vencida.

El transporte del futuro deberá estar regido por el cuidado por el acceso universal, ya que todas las personas deben poder tener las mismas oportunidades de disfrutar la ciudad.

Los ciudadanos del futuro
Los habitantes de las ciudades sabias tendrían a su disposición toda la información en tiempo real de lo que sucede en su zona de influencia y, si así lo quisiesen, en todo su país e incluso región.

Los nuevos ciudadanos deberán involucrarse de manera profunda en más y más decisiones. Serán, a su modo, urbanistas por derecho propio y responsables de la modificación y cambio de las ciudades.

“A futuro veo una sociedad que considera el medio ambiente. Terrazas con más verde”, describe Pablo Roviralta, arquitecto y director de Fundación Tejido Urbano. El especialista piensa hacia adelante en “Ciudades inclusivas y sostenibles”.

No hay ciudad sabia sin equidad: simplemente no es posible mantener los valores de cuidado y atención por el bienestar si sólo una parte de sus ciudadanos puede disfrutarlo.

 

Una ciudad en diálogo con la tecnología
Las ciudades son ecosistemas vivos, están en continua transformación y evolución.

En el futuro serán altamente tecnificadas. Pero no solo de a mano de artefactos, el valor de la tecnología es un valor cultural y el desarrollo de una nueva civilización dependerá de un cambio cultural sistémico y consciente, en donde además de los avances de la ciencia y la técnica entrarán en juego los valores de la sociedad y su vínculo con nuevos objetos, que no tendrán en su esencia diferencias con lo que sucedió hasta entonces.

Una ciudad soñada por todas las personas y construida día a día

Las ciudades sabias requerirán más que el trabajo de arquitectos, diseñadores urbanos e ingenieros: habrá que escuchar a científicos ambientales, geólogos, especialistas en especies salvajes, historiadores, economistas, antropólogos, filósofos y artistas, además de los miembros de la sociedad civil. “La lógica del ecosistema va a ser cada vez más fuerte. Con cada vez más personas colaborando con una idea y haciendo lo que mejor sabe hacer. No haciendo todos todo”, describe Repetto, especialista en diseños futuros.

La lógica del ecosistema va a ser cada vez más fuerte.

Alejandro RepettoIngeniero y Profesor de diseño de futuros

Dependerán de la ayuda de la imaginación, la creatividad y el ingenio humanos para que se vuelvan espacios que potencien a sus habitantes: toda ciudad es un plan a futuro y un testimonio de los valores del presente.