Hablamos de los hogares y cómo vivirán las familias ahí. Espacios adaptados, maximizados acordes a las necesidades de los sus habitantes. La cocina y el baño tendrán un rol central, como punto de encuentro y refugio para el bienestar.
Soñar con la casa del futuro no significa imaginar un escenario radicalmente diferente al que vivimos hoy. El hogar se mantendrá como el lugar, el refugio, y deberá poder entender a quienes habitan en él, proporcionarle espacios de diversión y calma. Será sabio, buscará el bienestar de manera eficiente.
Tendrá un diseño en la misma línea de The Coach House del arquitecto portugués Lourenço Vaz Pinto. Una casa que gira alrededor del hábitat de su habitante. Que, sin sectores predeterminados, busca adaptarse a sus necesidades resolviendo sala de estar, espacio para comer, para dormir y que al mismo tiempo integra el exterior ofreciendo el confort que se precisa en un hogar. Serán diseños como éste, que se abrazarán a la forma de vivir del usuario. Casas sólidas, conformadas no por ambientes sino por componentes funcionales. Ya no se tratará de poder improvisar cuando haya escenarios que no fueron planeados.
Escritor y especialista creatividad para la innovación, Demian Sterman aventura algunas hipótesis sobre cómo estos hogares sabios podrían evolucionar. “A partir de la pandemia del Covid-19, las personas tuvimos que adaptar y pensar las casas como nuevos espacios: coworking, colivings. Debimos repensar las casas como nuevos espacios. Las casas como tales dejarán de existir. El trabajo como tal también: los espacios híbridos van a ser el futuro y todo va a estar en constante transformación”, asegura Sterman.